La dicha no es cosa alegre.
4/11/15
Aplicacion web de monitoreo solar
SI te interesa la astronomia amateur, la ufología o simplemente te interesa la investigación random.
¿Te gustaría tener un archivo online del sol?
Quizas a algunos si les interese, a los demas, sigan de largo!
No soy astronomo ni nada, simplemente suelo leer y me gusta conocer fuentes de información que es algo bastante importante. SI te interesa la astronomia amateur, la ufología o simplemente te interesa la investigación random.
(vista de interfaz)
Esta excelente aplicación web, tiene 4 satelites desde distintas ubicaciones que miran al sol todo el tiempo y un historial accesible mediante un calendario en la misma página (teniendo tambien este una versión java instalable) y la posibilidad de extraer videos directamente desde la pagina (toma un tiempo considerable)
Otras funciones son filtros de distintas ondas de luz y color con una lista de parametros ajustables donde se pueden elegir los distintos eventos de ese momento entre muchas otras virgo cosas que las imagenes sabrán explicar mejor que yo
http://www.helioviewer.org/
25/10/15
21/2/15
Esto se me ocurrió subitamente, hace mucho no escribo!
Despertó sobresaltado, como si su último momento de sueño fuera una
vertiginosa caída al vacío. Quedo fuera de la cama en pié, de un salto,
con un grito corto y ahogado. “Algo va a pasar pronto” sufrió un súbito y
punzante dolor de cabeza, luego calma, silencio. Se quedó quieto,
esperándolo; estaba cerca. En un segundo estaba en jeans, remera y
zapatillas; en otro segundo estaba en la calle. Desierta. No había un
alma. El cielo completamente gris, de nubes espesas, parecían a punto de
caer con su propio peso, aun así tenía una calma casi insultante. “No
puede ser un sueño” no recordaba absolutamente nada, pero era real.
Caminó a paso apresurado, ágil, casi en el aire. La avenida del barrio
estaba tranquila, tanto que hasta le pareció ridículo. “¿Estoy soñando?”
Con impotencia se mordió el labio hasta hacerlo sangrar, el dolor era
real; lo que acrecentó su sensación de miseria, estar dormido hubiese
sido lógico, reconfortante, aunque demasiado fácil, demasiado simple.
Frenó en la esquina y miró a su alrededor. Una pareja de
preadolescentes, con atuendos de color llamativo pasaron riendo en voz
alta. La joven, de unos 16 años, con una remera rosa y un short
microscópico paseaba de la mano de un joven alto con una de esas gorras
gigantes, debajo de ella un pañuelo rojo, con esa modalidad gánster de
preescolar. En su galope despreocupado de felicidad juvenil, casi lo
embisten y poco faltó para que lo tiraran al suelo; no contentos con
esto, los jóvenes le dedicaron una mirada fulminante como si él fuese
culpable (aunque quizás lo fuera).
Su estómago comenzó a moverse con violencia, se encorvó de dolor y casi cayo de rodillas al suelo. “Tengo que tomar el tren” recordó súbitamente, se incorporó y sumamente dolorido se dirigió a la estación. Pasó sin pagar, tuvo suerte, no había traído con él la tarjeta magnética o siquiera algo de efectivo. Miró el horario en la pantalla que estaba sobre su cabeza y con alivio comprobó que en un minuto el llegaría el transporte. No recordaba porque tenía que tomarse ese tren, solo sabía que tenía que llegar a la terminal lo antes posible. Camino por la estación pensando, intentando recordar algo. ¿Qué sabía? Que algo horrible iba a pasar, mucha gente iba a morir. ¿Cómo lo sabía? El dolor en su cabeza volvió con más violencia que antes ¿Fue un sueño? No recordaba nada. El vagón llegó silenciosamente, despertándolo de su ensimismamiento. Con una paciencia que no era de él, espero que se detenga, se abran las puertas y la gente baje, luego de esto se deslizó hasta el primer asiento vacío que tuvo a su alcance.
Por su frente y espalda corría un sudor frío, el fuerte aire acondicionado del tren lo castigó sin piedad, casi comenzó a tiritar, algo en su estómago se revolvía con violencia y amenazaba con salirse. “ Mierda! Memoria! ¿qué paso ayer?” A la tarde estuvo en lo del negro recordó, jugaron un truco y tomaron unos mates, al llegar Micaela, la novia del negro, se quedó unos momentos más y se fue con una excusa improvisada, esa mina nunca le cayó bien, con su voz insufrible, como arañar un pizarrón y su humor digno de un profesor de matemática.
Recordó haber hecho el mismo camino de siempre, bajarse en la estación de siempre, caminar las cuadras de siempre, en sumatoria, todo igual “No!” se dijo a sí mismo; “todo igual no” el tren aminoró la marcha, se estaban acercando a la terminal. Cuando, súbitamente recordó todo. Entró a su casa como siempre, solo que esta vez fue ferozmente golpeado de espaldas y dejado semi inconciente. Unas manos invisibles lo arrastraron por su casa, lo desvistieron y arrojaron sobre la mesa del comedor donde fue atado firmememente. Unas luces fuertes se encendieron de la nada y encandilaron sus ojos, de fondo se escuchaba una música extraña y sus verdugos hablaban una lengua que él no comprendía, supuso que estaba drogado; le habían aplicado varias inyecciones y su conciencia comenzaba a escurrirse entre sus dedos, la luz lo enceguecía y la música parecía entrar directo a su cabeza. Sus ejecutores conversaban animadamente mientras trabajaban sobre él, sintió manos curiosas recorriendo su abdomen y torax. Sintió sin sentir como cortaban su estómago, luego observo sin pánico ni conocimiento, como agarraban lo que parecía una botella pequeña de agua con un smpartphone adherido con cinta adhesiva y recordó, súbitamente recordó.
El tren llegó calmadamente al fin del recorrido, la explosión acabo con todos en la terminal, al otro día los forenses recorrían el lugar del hecho; intentando no alterar la escena, en una confusa masa de restos mezclados, sin encontrar el origen de la explosión, había residuos de explosivo plástico impregnados por todos lados, “Esto es una mierda!” Grito el comisario y pisó un SmartPhone con restos de cinta abandonado.. Llegaron a la conclusión de que un hombre se había inmolado por voluntad propia, que equivocados estaban.
Su estómago comenzó a moverse con violencia, se encorvó de dolor y casi cayo de rodillas al suelo. “Tengo que tomar el tren” recordó súbitamente, se incorporó y sumamente dolorido se dirigió a la estación. Pasó sin pagar, tuvo suerte, no había traído con él la tarjeta magnética o siquiera algo de efectivo. Miró el horario en la pantalla que estaba sobre su cabeza y con alivio comprobó que en un minuto el llegaría el transporte. No recordaba porque tenía que tomarse ese tren, solo sabía que tenía que llegar a la terminal lo antes posible. Camino por la estación pensando, intentando recordar algo. ¿Qué sabía? Que algo horrible iba a pasar, mucha gente iba a morir. ¿Cómo lo sabía? El dolor en su cabeza volvió con más violencia que antes ¿Fue un sueño? No recordaba nada. El vagón llegó silenciosamente, despertándolo de su ensimismamiento. Con una paciencia que no era de él, espero que se detenga, se abran las puertas y la gente baje, luego de esto se deslizó hasta el primer asiento vacío que tuvo a su alcance.
Por su frente y espalda corría un sudor frío, el fuerte aire acondicionado del tren lo castigó sin piedad, casi comenzó a tiritar, algo en su estómago se revolvía con violencia y amenazaba con salirse. “ Mierda! Memoria! ¿qué paso ayer?” A la tarde estuvo en lo del negro recordó, jugaron un truco y tomaron unos mates, al llegar Micaela, la novia del negro, se quedó unos momentos más y se fue con una excusa improvisada, esa mina nunca le cayó bien, con su voz insufrible, como arañar un pizarrón y su humor digno de un profesor de matemática.
Recordó haber hecho el mismo camino de siempre, bajarse en la estación de siempre, caminar las cuadras de siempre, en sumatoria, todo igual “No!” se dijo a sí mismo; “todo igual no” el tren aminoró la marcha, se estaban acercando a la terminal. Cuando, súbitamente recordó todo. Entró a su casa como siempre, solo que esta vez fue ferozmente golpeado de espaldas y dejado semi inconciente. Unas manos invisibles lo arrastraron por su casa, lo desvistieron y arrojaron sobre la mesa del comedor donde fue atado firmememente. Unas luces fuertes se encendieron de la nada y encandilaron sus ojos, de fondo se escuchaba una música extraña y sus verdugos hablaban una lengua que él no comprendía, supuso que estaba drogado; le habían aplicado varias inyecciones y su conciencia comenzaba a escurrirse entre sus dedos, la luz lo enceguecía y la música parecía entrar directo a su cabeza. Sus ejecutores conversaban animadamente mientras trabajaban sobre él, sintió manos curiosas recorriendo su abdomen y torax. Sintió sin sentir como cortaban su estómago, luego observo sin pánico ni conocimiento, como agarraban lo que parecía una botella pequeña de agua con un smpartphone adherido con cinta adhesiva y recordó, súbitamente recordó.
El tren llegó calmadamente al fin del recorrido, la explosión acabo con todos en la terminal, al otro día los forenses recorrían el lugar del hecho; intentando no alterar la escena, en una confusa masa de restos mezclados, sin encontrar el origen de la explosión, había residuos de explosivo plástico impregnados por todos lados, “Esto es una mierda!” Grito el comisario y pisó un SmartPhone con restos de cinta abandonado.. Llegaron a la conclusión de que un hombre se había inmolado por voluntad propia, que equivocados estaban.
8/4/14
Linchar? Sentido comun porfavor!
Conversaba con un desconocido de internet sobre éste tema polémico de los linchamientos. Me sorprendió un argumento que utilizó mientras rebatía con todos los argumentos clásicos que cualquiera ya conoce hasta el hartazgo.
“Es que somos ellos o nosotros”
¿Ya llegamos ahí? ¿Desde cuándo son "ellos? ¿Quiénes somos "nosotros"?
Estoy convencido de que nuestra visión panorámica es bastante limitada. Si bien duele que nuestra sociedad se encuentre en un estado tan deplorable, donde da bronca que alguien se parta el lomo para conseguir una mierda de sueldo que no alcanza para nada, y aún asi ponemos el fruto de ese trabajo a un sistema y la confianza de que ese aporte nos va a redituar la tranquilidad de vivir.
¿Negros de mierda? Los negros somos nosotros, vos que laburas, yo que laburo y el malcogido que te roba (ni que fuera ghandi, robar es de hijo de puta) La ricardía esta en otro lado Y VOS LA APOYAS TODOS LOS DIAS!
La triste realidad también; es que "Nosotros" verdaderamente no hacemos, ni hicimos nada para solucionarlo! Trabajamos para nosotros, para poder crecer, o apenas para mantenernos, quizás tener un lujito ¿Tenemos derecho de demandar un cambio? Para cambiar las cosas, hay que accionar distinto.
Cada 4 años vamos a votar a un nuevo ladrón, amigo de ladrón, o hijo de ladrón. Durante el tiempo que esperamos que pase este período, nos la pasamos discutiendo, sacándonos los ojos entre nosotros y hechando culpas sobre problemas que creamos. Creo que la historia está un tanto repetidita, y nadie lo ve.
Estos sucesos de inseguridad suceden desde HACE MUCHO (mucho) y que en vez de atacar al problema de raíz buscamos la postura mas cómoda?
¿Qué esperas? ¿Que todos vivamos en paz y armonía? Existen ladrones? SI! EXISTEN! existen porque hay diferencias ecónomicas SOCIALES (algo que se viene arrastrando hace mucho tiempo)
La sociedad no creo el "ellos o nosotros" las clases gobernantes manipuladoras y medios de comunicación injertaron esa idea venenosa en nuestra sociedad.
Saludos y espero que nadie tenga que sufrir a manos de nadie.
Escribi este post, luego de darme cuenta que es demasiada gente para discutir, el post me ahorra tiempo, perdonen si no contesto comentarios, puede ser porque digan pelotudeces o porque no tenga tiempo.
2/4/12
21/3/12
20/3/12
19/3/12
Rain
Salí a caminar
bajo la lluvia; quizás para algunos no
sea proeza, los que no somos amantes de éste fenómeno no nos sentimos tan a
gusto con una falla en las plomerías celestiales.
Fumar en casa no me gusta, decidí respirar algo de aire. Unas
gotas no iban a matarme.
Al principio el cigarro se consumía en mis labios sin novedades. El brillo monótono del asfalto comenzó a ser algo digno de verse, tal vez era el de siempre.
Pensé en caminar. Deseché la idea rápidamente, no soy gran fanático de los movimientos superfluos.
Apago el cigarrillo, continuo fumando. Bajo la sombra del tupido y viejo árbol que tiene más años de los que puedo atestiguar, comencé a sentirme ligeramente abrumado por el calor del ambiente y la lluvia densa me llamaba fuera de la protección ancestral del anciano de madera, como un refrescante oasis. Súbitamente mis piernas sintieron el deseo de pegar un estirón, la lluvia azotaba.
Al principio el cigarro se consumía en mis labios sin novedades. El brillo monótono del asfalto comenzó a ser algo digno de verse, tal vez era el de siempre.
Pensé en caminar. Deseché la idea rápidamente, no soy gran fanático de los movimientos superfluos.
Apago el cigarrillo, continuo fumando. Bajo la sombra del tupido y viejo árbol que tiene más años de los que puedo atestiguar, comencé a sentirme ligeramente abrumado por el calor del ambiente y la lluvia densa me llamaba fuera de la protección ancestral del anciano de madera, como un refrescante oasis. Súbitamente mis piernas sintieron el deseo de pegar un estirón, la lluvia azotaba.
Recibí las primeras gotas con algo de
premeditada indiferencia y una gota solitaria, rápida e inesperada me
sorprendió con un intenso escalofrío.
Apunté mi vista al cielo, hijas de las nubes cubrieron como una manta mi rostro; no pude evitar quedarme así unos pocos segundos. Me di cuenta que realmente no quería caminar mucho. Solo necesitaba un poco de tiempo acompasado por el incesante TIC-TAC de los meteoros de cristal que se hacían trizas a alrededor.
Algo de paz y tranquilidad.
Quizás unas cuadras.
Doblé en una esquina y dirigí mis pasos a una transitada avenida, podía ir a comprar algo al kiosco, el bajón es una excusa excelente para moverse.
Al pasar, algunos canes, curiosamente indiferentes al diluvio, ladraban detrás de las rejas intentando con todo su ser que su cuerpo pasara por entre ellas, un poco exagerados los pichichos.
Creo que tengo algo de fernet en casa, una coca podría ser una finalidad sumamente decente para ésta travesía, hasta quizás haya hielo en el freezer. Con paso decidido, me dirijo a la estación de servicio. Saludo y comparto una conversación trivial con el conocido empleado del Shop, adquiero los víveres y me tomo el palo.
Unos truenos son el telón y el camino. Llego a casa, hay poco hielo me preparo un Fernando prendo un pucho y abro el Word.
Apunté mi vista al cielo, hijas de las nubes cubrieron como una manta mi rostro; no pude evitar quedarme así unos pocos segundos. Me di cuenta que realmente no quería caminar mucho. Solo necesitaba un poco de tiempo acompasado por el incesante TIC-TAC de los meteoros de cristal que se hacían trizas a alrededor.
Algo de paz y tranquilidad.
Quizás unas cuadras.
Doblé en una esquina y dirigí mis pasos a una transitada avenida, podía ir a comprar algo al kiosco, el bajón es una excusa excelente para moverse.
Al pasar, algunos canes, curiosamente indiferentes al diluvio, ladraban detrás de las rejas intentando con todo su ser que su cuerpo pasara por entre ellas, un poco exagerados los pichichos.
Creo que tengo algo de fernet en casa, una coca podría ser una finalidad sumamente decente para ésta travesía, hasta quizás haya hielo en el freezer. Con paso decidido, me dirijo a la estación de servicio. Saludo y comparto una conversación trivial con el conocido empleado del Shop, adquiero los víveres y me tomo el palo.
Unos truenos son el telón y el camino. Llego a casa, hay poco hielo me preparo un Fernando prendo un pucho y abro el Word.
18/3/12
17/3/12
15/3/12
Así hablaba Zaratustra - El Mordisco De La Serpiente - [un capitulo] - Nietzsche
Un día dormitaba Zaratustra debajo de una higuera, porque
hacía calor; y tenía puesto el brazo sobre a cara. Vino en esto una víbora y le
mordió el pescuezo, y él lanzó un grito de dolor. Cuando apartó el brazo de la
cara, miró a la sierpe. Entonces la sierpe reconoció los ojos de Zaratustra, se
retorció torpemente y quiso marcharse. “No –dijo Zaratustra--, no te he dado
aún las gracias! Me has despertado a tiempo; aún es largo mi camino.” “Tu
camino es corto –dijo tristemente la víbora--: mi veneno mata.” Zaratustra se
hechó a reír. “¿Cuándo mato a un dragón el veneno de una serpiente? –dijo-- ¡Recobra
tu veneno! No eres bastante rica para regalármelo” Entonces la víbora violvió a
abrazarle el cuello y le lamió a herida.
Cuando
un día zaratustra contó esto a sus discípulos, elos e preguntaron: “¿y cuál es
tu moraleja en éste cuento?”. Zaratustra respondió:
Los
buenos y los justos me llaman el destructor de la moral: mi cuento es inmoral.
Pero, si tenéis un enemigo, no le devováis bien por mal,
porque se vería humillado. Demostradle a la inversa, que os ha hecho un bien.
Y,
antes que humillar encolerizaos. Y cuando se os maldice, no me gusta que
queráis bendecir. ¡Maldecid más bien un poco por vuestra parte!
[…]
Una
pequeña venganza es más humana que ninguna. Y si el castigo no es también un
derecho y un honor para el trasgresor, yo no quiero vuestro castigo.
Es más
noble condenarse que porfiar, sobre todo cuando se tiene razón. Sólo que hay
que ser bastante rico para eso.
No me
agrada vuestra fría justicia: en los ojos de vuestros jueces se trasluce
siempre la mirada del verdugo y su helada cuchilla.
Decidme:
¿Dónde se encuentra a justicia que es amor con ojos perspicaces?
¡Inventadme,
pues, el amor que soporta todo, no sólo todos los castigos sino también todas
las faltas!
¡inventadme
la justicia que absuelva a todos salvo al que juzga!
¿Queréis oír más? En el que quiere ser verdaderamente justo,
la mentira misma se trueca filantropía.
Pero,
¿cómo podría yo ser verdaderamente justo? ¡Cómo podría dar a cada uno lo suyo! Básteme esto yo doy a cada uno lo mío.
En fín hermanos guardaos de ser injustos con los solitarios.
¿Cómo podría olvidar un solitario? ¿cómo podría devolver?
Un
solitario es como un pozo profundo. Es fácil echar en él una piedra; pero, si
la piedra cae al fondo, decidme: ¿quién querrá volver a sacarla?
Guardaos de ofender al soitario. Pero, si le habéis
ofendido, ¡Entonces matadle también!
Mi edición de zaratustra 1970 un poquin machucada
10/3/12
Suscribirse a:
Entradas (Atom)