La dicha no es cosa alegre.

19/3/12

Rain


Salí a caminar bajo la lluvia;  quizás para algunos no sea proeza, los que no somos amantes de éste fenómeno no nos sentimos tan a gusto con una falla en las plomerías celestiales.

Fumar en casa no  me gusta, decidí respirar algo de aire. Unas gotas no iban a matarme.


Al principio el cigarro se consumía en mis labios sin novedades. El brillo monótono del asfalto comenzó a ser algo digno de verse, tal vez era el de siempre. 


Pensé en caminar. Deseché la idea rápidamente, no soy gran fanático de los movimientos superfluos. 


Apago el cigarrillo, continuo fumando. Bajo la sombra del tupido y viejo árbol que tiene más años de los que puedo atestiguar, comencé a sentirme ligeramente abrumado por el calor del ambiente y la lluvia densa me llamaba fuera de la protección ancestral del anciano de madera, como un refrescante oasis. Súbitamente mis piernas sintieron el deseo de pegar un estirón, la lluvia azotaba. 

Recibí las primeras gotas con algo de premeditada indiferencia y una gota solitaria, rápida e inesperada me sorprendió con un intenso escalofrío.


Apunté mi vista al cielo, hijas de las nubes cubrieron como una manta mi rostro; no pude evitar quedarme así unos pocos segundos. Me di cuenta que realmente no quería caminar mucho. Solo necesitaba un poco de tiempo acompasado por el incesante TIC-TAC de los meteoros de cristal que se hacían trizas a alrededor.


Algo de paz y tranquilidad. 


Quizás unas cuadras. 


Doblé en una esquina y dirigí mis pasos a una transitada avenida, podía ir a comprar algo al kiosco, el bajón es una excusa excelente para moverse. 


Al pasar, algunos canes, curiosamente indiferentes al diluvio, ladraban detrás de las rejas intentando con todo su ser que su cuerpo pasara por entre ellas, un poco exagerados los pichichos. 


Creo que tengo algo de fernet en casa, una coca podría ser una finalidad sumamente decente para ésta travesía, hasta quizás haya hielo en el freezer. Con paso decidido, me dirijo a la estación de servicio. Saludo y comparto una conversación trivial con el conocido empleado del Shop, adquiero los víveres y me tomo el palo. 


Unos truenos son el telón y el camino. Llego a casa, hay poco hielo me preparo un Fernando prendo un pucho y abro el Word.



1 comentario:

  1. Me gusto y mucho =)
    Me llamo la atencion el titulo de la historia porque amo la lluvia. Quien pudiera ir a dar una vuelta a la manzana tranquilo, solo, y sintiendo como la lluvia te pega en la cara y sentir que es uno y el mundo
    Ro Szpyrka

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